Según se puede leer grabado en la lumieira, en la piedra que ves por encima de la puerta principal, la construcción es del siglo XVIII: Esta la hizo él S(eñor) D(on) Benito Sotelo en el año 1764. Pensamos que más que “hacer”, en esta fecha se debió reformar o rehacer una construcción primitiva. De las continuas remodelaciones que experimentó la casa, dan buena cuenta estas palabras del escritor recogidas de una carta que le escribe a Antón Fraguas, el día 19 de septiembre de 1945: “Murió el 3 del Agosto un grande y xúrdio paisano suyo, el Sr. Bieito Doval Peleteiro, de Valongo, gran maestro de piedra y pico, arquitrabe y perpiaño. Mucho lo sentí, pues hemos pasado muy buenas horas conversando de cosas viejas en esta casa en la que hizo tanques, y muros capeados, y arcos i-abóvedas”.
Otero Pedrayo quería mucho a este lugar. Buena muestra de lo que decimos es que dedicó pequeños textos literarios a muchas de sus esquinas. A La puerta de entrada se refiere, sin duda, uno de los poemas de Bocarribeira. Poemas para leer y quemar, el único poemario que el autor publicó en vida. Dice así:
Alá, ó fondo, o portón:
laio do portón,
salouco da cancela...
quen saíu, cecais non volte
a entrar por ela.
Traducción:
Allá, al fondo, el portón:
lamento del portón,
hipo de la cancela...
quien salió, cecais no vuelva
a entrar por ella.