A la derecha, según se entra, está la antigua corte de las vacas que hoy está totalmente reformada y alberga la biblioteca del Centro de Estudios Oterianos, donde se reúnen los miembros del Patronato de la Fundación. Debes recordar que en las casas de labranza eran muy importantes los animales. En esta había vacas, bueyes, algún caballo y algún burro, gallinas, cerdos… Ellos y los cultivos de las fincas permitían que la familia viviera de forma holgada.

Un poco más abajo, también a la derecha, están las antiguas cortes del ganado, ahora reconvertidas en salas de acogida, antaño estaban divididas en varios espacios. En la misma mano pero bajando a las escaleras, están los antiguos gallineros. A la izquierda, según se entra, verás la librería de la Fundación que aprovecha el lugar donde antaño estuvo la corte del caballo. El caballo fue un animal muy importante en esta casa. El padre del escritor era médico y este animal le permitía que en caso de necesidad, pudiera desplazarse para visitar sus pacientes.

En la entrada de la librería, el alpendre permite guardar un carro tradicional gallego y algunos otros utensilios de trabajo. Si te fijas bien verás también un horno.