DESPENSA

Esta habitación fue la despensa de la casa. Aquí podemos ver grandes alacenas, algún arca para guardar el grano y diferentes objetos que eran de uso común en otros tiempos. Encima de la mesa, un molino de café, un rayador de almendras, una balanza y una garrafa. En el suelo, en la parte izquierda según se entra, encontramos dos objetos que originariamente no se guardaban aquí.

Por un lado, tenemos unos zocos. Los trajo de su tierra la esposa de Otero Pedrayo, Fita Bustamante Muñoz, una santanderina con quien se casó en 1923. Aunque que pueda parecer lo contrario, no son nada pesados. Se empleaban para salir al campo sin mojarse los pies y sin llenarlos de barro.

Al lado de los zocos tenemos una silla de montar. Tal vez fuera del padre de Ramón Otero Pedrayo. Recuerda que, hasta bien entrado el siglo XX en Trasalba no había carreteras y mucho menos coches y que, con toda seguridad, los visitantes de la casa, habían agradecer agradecían la presencia de burros, asnos y caballos para subir la cuesta que nos separa de Santa Cruz de Arrabaldo.

Siendo diputado en las Cortes de Madrid, Otero Pedrayo insistió mucho en la mejora de la red viaria de Galicia, entendía que las vías de comunicación eran fundamentales para la mejora de su pueblo y el desarrollo del país. Si reparaste en la carretera que cruza ante la puerta de esta casa, comprobarías que parte en dos un hermoso soto. El soto es, aun hoy, propiedad de la Fundación. Nuestro escritor cedió gratuitamente el terreno y permitió que la plantación de castaños quedara dividida en dos, para mejorar la vida de sus vecinos. El camino tradicional, vapegado al muro de la casa, por debajo del soto. Cuando finalices la visita, merece la pena seguirlo y acercarse hasta la iglesia de San Pedro de Trasalba.

DESPENSA
Información facilitada por CASA MUSEO OTERO PEDRAYO. Derechos reservados.