Catedral nueva de Plasencia

La Catedral Nueva de Plasencia es un magnífico templo que destaca como uno de los más ornamentados y opulentos de toda Extremadura.

La construcción de esta catedral se inició en el año 1498 y se concluyó en 1578, aunque enfrentó periodos de interrupción. Más adelante, durante el siglo XVIII, se retomaron los trabajos, pero lamentablemente quedaron incompletos.

Sus dos fachadas renacentistas de estilo plateresco son notables. La fachada principal, obra de Juan de Álava, se finalizó en 1558. Se compone de cuatro cuerpos y cinco calles que forman un auténtico retablo esculpido en piedra. Aunque carece de las estatuas planeadas, la obra posiblemente fue iniciada por Juan de Álava y culminada por Gil de Hontañón, quien añadió el cuerpo superior, las cresterías y las agujas. La segunda fachada, datada entre 1538 y 1548, se atribuye tradicionalmente a Diego de Siloé.

En su interior, la catedral cuenta con tres naves, todas de igual altura, una característica poco común en su época. Una bóveda de crucería adorna el crucero abierto.

El retablo mayor, de estilo barroco, data del siglo XVII. Creado por Gregorio Fernández, presenta tallas de madera policromada mediante la técnica del estofado. Destacan las pinturas de Francisco Rizi, incluyendo los lienzos de la Anunciación y la Adoración de los Pastores, así como las obras de Luis Fernández y Mateo Gallardo: la Adoración de los Reyes y la Circuncisión, respectivamente.

La reja del coro, una obra de hierro forjado en estilo plateresco, es atribuida a Juan Bautista Celma. Concluida en 1604 y dorada en 1763, ostenta en su cúspide la imagen de la Santísima Virgen. En su interior, resguarda la impresionante sillería del coro que previamente se encontraba en la Catedral Vieja. El órgano, de estilo plateresco con toques de transición al barroco, fue construido por Casai Elezgaray.

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