El teatro romano de Itálica se levanta sobre el Cerro de San Antonio, al este de la antigua ciudad romana fundada en el 206 a. C. en el actual municipio de Santiponce (Sevilla). Es la construcción civil más antigua conocida del conjunto, erigida entre finales del siglo I a. C. y comienzos del I d. C., aprovechando la pendiente natural del terreno que dominaba el cauce del Guadalquivir.

Su actividad se mantuvo hasta el siglo V, aunque ya de forma esporádica. El abandono se debió más al desinterés de las élites locales —que financiaban estos espectáculos— que a motivos religiosos. Con el tiempo, el teatro fue reutilizado como almacén, corral o vertedero, y acabó siendo colmatado por las riadas del río.

La ubicación del edificio se conocía desde el siglo XVIII, pero no fue excavado de manera sistemática hasta las campañas de 1970-1973. A partir de la década de 1980 comenzaron los trabajos de restauración, y en la actualidad el espacio acoge el Festival de Teatro de Itálica.

El teatro tenía capacidad para unos 3 000 espectadores. En él se representaban tragedias, comedias, espectáculos de mimo e incluso ceremonias relacionadas con el culto al emperador. Como en otros teatros romanos, la orchestra semicircular separaba el escenario del graderío o cavea, revestido de mármol y dividido en tres niveles según el rango social de los asistentes: las clases altas en la parte baja, el público general en la media, y mujeres, plebeyos y esclavos en la superior.

La fachada escénica o scaenae frons presentaba columnas y tres puertas (valvae), y se comunicaba con un amplio pórtico posterior donde se hallaron inscripciones y restos de un pequeño santuario dedicado a Isis (Iseion).

Entre los elementos arquitectónicos destacan la orchestra, el pulpitum o escenario, el balteus de mármol que separaba zonas del público y el porticus post scaenam. Los materiales utilizados fueron calizas locales en las fases iniciales y, más tarde, hormigón, ladrillo y mármoles blancos y polícromos, que daban al conjunto un aspecto monumental.