La Sierra de Tramuntana atrae cada año a un elevado número de visitantes, cautivados por su excepcional biodiversidad, sus espectaculares paisajes montañosos y la riqueza de su patrimonio cultural. Esta popularidad ha impulsado el desarrollo de un enfoque de turismo responsable, orientado a minimizar el impacto ambiental y garantizar la conservación a largo plazo de este frágil entorno natural.
En este marco, las fincas tradicionales y los hoteles rurales de la región desempeñan un papel clave, ofreciendo alojamiento sostenible y organizando actividades que promueven el contacto respetuoso con la naturaleza. El senderismo a través de antiguas rutas empedradas, el ciclismo por caminos de montaña, la observación de aves en puntos estratégicos y las visitas culturales a pueblos históricos y lugares emblemáticos, como monasterios, alquerías o miradores naturales, son algunas de las experiencias propuestas. Estas iniciativas no solo permiten descubrir la belleza de la sierra, sino que también fomentan una conexión consciente con el entorno.
La educación ambiental se integra de manera constante en las actividades turísticas, subrayando la importancia de preservar tanto la riqueza ecológica como el legado cultural de la Sierra de Tramuntana. Charlas informativas, centros de interpretación y materiales educativos acompañan a los visitantes, concienciándolos sobre temas como la protección de especies endémicas, la importancia de los paisajes agrícolas tradicionales o las amenazas del cambio climático. Gracias a estos esfuerzos, la sierra sigue siendo un modelo de convivencia equilibrada entre el turismo, la cultura local y la conservación del medio natural.