La Sierra de Tramuntana, situada en la isla de Mallorca, es un impresionante paisaje cultural modelado a lo largo de siglos por la interacción entre la naturaleza y el ser humano. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011, esta cadena montañosa no solo destaca por su imponente geografía de cumbres escarpadas y profundos barrancos, sino también por su compleja red de elementos agrícolas, hidráulicos y arquitectónicos que testimonian un modo de vida adaptado a un entorno difícil.
Terrazas de piedra seca, antiguos sistemas de canalización de agua, olivares centenarios y pequeños pueblos de piedra caliza se integran de manera armoniosa con la naturaleza, creando un equilibrio entre la conservación del medio ambiente y el aprovechamiento de sus recursos.
El paisaje de la Tramuntana refleja una herencia cultural rica, donde se mezclan influencias árabes, catalanas y mediterráneas, visible tanto en las técnicas tradicionales de cultivo como en las expresiones religiosas y festivas de sus habitantes. Más allá de su valor histórico y cultural, la Sierra de Tramuntana ofrece una belleza escénica excepcional, con vistas panorámicas que combinan el azul intenso del Mediterráneo con el verde de pinares y encinares, convirtiéndola en un lugar de profundo significado cultural y natural.