Itálica ostenta el honor de ser la primera ciudad romana fundada en Hispania y, además, la primera establecida fuera del territorio propiamente romano. Tras la conclusión de la segunda guerra púnica en la península ibérica, Publio Cornelio Escipión el Africano decidió asentar a sus soldados heridos en un antiguo núcleo turdetano preexistente, cuyo nombre original se ha perdido. Este asentamiento se encontraba en la zona alta del Aljarafe, en la orilla occidental del río Baetis (actual Guadalquivir), en una posición estratégica entre las ciudades turdetanas de Hispalis —la actual Sevilla— e Ilipa —la actual Alcalá del Río—, y probablemente funcionaba también como puerto fluvial.
Según el relato del historiador Apiano de Alejandría, los soldados establecidos por Escipión procedían principalmente de la península itálica, pertenecientes a unidades auxiliares de origen itálico. De esa circunstancia habría surgido el nombre de la nueva fundación: Itálica.
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