La medina fue diseñada exclusivamente para servir a la corte, formando una ciudad completa destinada a satisfacer las necesidades del Palacio. Tres vías principales se entrelazaban y conectaban todas sus partes:
La calle Real Baja permitía la entrada al patio de los Leones, al cementerio real y a los jardines del Partal. Esta calle también cumplía la función de foso, separando la medina de la zona palaciega.
La calle Real Alta era la arteria principal. Comenzaba en la puerta del Vino, construida por Yusuf I y renovada por Muhammad V. Esta vía se extendía hasta el palacio de los Abencerrajes y el convento de San Francisco, donde se transformaba en el eje de la zona artesanal. Además, servía como conducto para la acequia real, llegando hasta la torre del Agua.
La calle de Ronda, también conocida como la del Foso, recorría el perímetro de las murallas, enlazando todos los elementos del conjunto y se concebía como un foso en caso de asedio.