Historia

La Alhambra fue construida en la colina de la Sabika, una de las elevaciones más altas en Granada. Esta selección de ubicación tenía la intención de lograr tanto una ventaja defensiva estratégica como representar un símbolo conspicuo, ya que el punto de máximo poder sería claramente visible desde el resto de la ciudad. La cima fue elegida deliberadamente para ser contemplada.

La colina de la Sabika ya había sido ocupada en épocas anteriores, al menos desde la época romana. Los primeros registros escritos de un emplazamiento militar en esta zona datan del año 666. Hay evidencia de asentamientos como Iliberis (Elvira) en Albaicín y Alcazaba; Castilla, cerca del actual pueblo de Atarfe; y Garnata, que era más un barrio de Iliberis, en la colina frente a la Alcazaba. En el año 756, ya había población árabe en El Albaicín y La Alhambra.

La extensión de la colina permitió la construcción del complejo, que abarca alrededor de 740 metros de longitud y entre 40 y 180 metros de ancho.

A partir de la muerte de Alhakén II, el tercer califa omeya, en 976, la historia política del califato omeya comenzó a experimentar una serie de reveses. La reconquista cristiana se convirtió en la fuerza predominante en la península. En este contexto, la transformación de Gharnata, de una pequeña población a una ciudad de cierta importancia, ocurrió a principios del siglo XI, cuando la dinastía bereber de los ziríes estableció un principado semiindependiente. Durante el gobierno de Badis ben Habús y Abd Allah ibn Buluggin (1025-1090), la población de la ciudad creció.

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