Entrada a la Alcazaba

Después de que los Reyes Católicos tomaran el control de la ciudad, se realizaron cambios en toda la zona de la puerta. Hay que ascender por una rampa con escaleras que termina en el Arco del Cristo tras atravesar la puerta principal y la llamada Puerta de las Columnas.

El nivel superior de la torre ha sido reformado, y este arco es un corredor curvo que se ha abierto en su interior. En el arco de entrada, delimitado por un alfiz de ladrillo y sostenido por pilares, se talló una clave de piedra dorada con una llave hueca. Dos ménsulas de piedra que sobresalían del muro en la sala superior eran prueba de que había habido una maquinación.

La bóveda del pasadizo se construyó con ladrillo. Hay restos de piedra numolítica de la construcción del siglo XI en las jambas del arco interior. La clave grabada en la clave del arco de entrada sirve como prueba de que la puerta fue restaurada hacia finales del siglo XIII.

Frente a la puerta de salida del Arco del Cristo se han encontrado muros romanos de hormigón revestidos de estuco rojizo y pequeños estanques construidos con pizarra para la fabricación de garum (la versión romana de la pasta de pescado).

Uno de los elementos conservados más intrigantes es éste. Se le dio el nombre de Plaza de Armas porque es una zona llana desde la que se puede contemplar casi toda la ciudad. Tras la conquista, se instaló allí el cañón. Muy cerca se encuentran la Torre de la Vela y la Puerta de La Coracha, que dan al túnel amurallado que la une con la fortaleza de Gibralfaro. Tras la conquista de la ciudad, se añadió una campana a la Torre de la Vela.

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