"La Universidad de Coímbra, donde el saber se convierte en patrimonio" es un título que refleja la esencia de esta institución, una de las más antiguas de Europa y símbolo del conocimiento en el mundo de habla portuguesa.
Fundada en 1290 por el rey Dionisio I como Estudio General en Lisboa, fue trasladada varias veces entre Lisboa y Coímbra hasta que en 1537 se estableció definitivamente en esta ciudad, ocupando el antiguo Palacio Real. A lo largo de los siglos, su historia ha estado marcada por reformas decisivas, como los Estatutos Pombalinos de 1772, que modernizaron la enseñanza, impulsaron las ciencias y dieron origen a espacios emblemáticos como el Laboratorio Químico, el Observatorio Astronómico y el Jardín Botánico.
Hoy, la Universidad de Coímbra cuenta con ocho facultades repartidas en varios polos, donde se forman miles de estudiantes cada año en un ambiente que combina tradición y vanguardia. Su campus histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2013, es un verdadero museo vivo que alberga joyas arquitectónicas como la Biblioteca Joanina, una de las bibliotecas barrocas más bellas del mundo, el Paço das Escolas, con su icónica Torre, y la Sala dos Capelos, escenario de ceremonias académicas que conservan ritos seculares. En torno a esta universidad gravita gran parte de la vida cultural de Coímbra, impregnada del espíritu académico y de tradiciones únicas como el fado de Coímbra y la Queima das Fitas, que envuelven a la ciudad en un aire melancólico y festivo a la vez. Por sus aulas han pasado escritores como Camões, Eça de Queirós o Miguel Torga, científicos de renombre como Pedro Nunes y Egas Moniz, políticos como el marqués de Pombal o António de Oliveira Salazar, e incluso seis presidentes de la República Portuguesa, consolidando su prestigio como cuna de pensamiento y liderazgo. En la actualidad, la Universidad no solo conserva su legado histórico, sino que continúa siendo un centro de investigación e innovación, atrayendo estudiantes y académicos de todo el mundo.
Caminar por sus claustros, bibliotecas y jardines es recorrer siglos de historia, donde cada piedra y cada tradición recuerdan que en Coímbra el conocimiento no es solo un aprendizaje, sino una herencia viva que sigue marcando el futuro.
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